Influencers y la publicidad encubierta en redes sociales

Nos remitimos a este artículo que publica El País:
“Soy la oveja negra de los influencers”. La cruzada contra la publicidad encubierta del ‘youtuber’ Sézar Blue

Si no conoces a @sezarblue, te ponemos en situación. Sezar Blue es un creador de contenido en Youtube especializado en gastronomía. Recorre un sinfín de restaurantes y valora su experiencia. No tiene límites ya que tanto valora un restaurante de carretera como el supuesto mejor restaurante de Marbella según Tripadvisor. 

Pero si hay un denominador común en todos sus vídeos es la insistencia de que no acepta colaboraciones con restaurantes. 

Como ocurre en muchas ocasiones entre youtubers, se hacen colaboraciones habituales compartiendo contenido en ambas cuentas. Era habitual ver a Sezar Blue compartiendo comida o cena con otro de los youtubers de comida más conocidos de nuestro país: Cenando con Pablo. Pero llegó el divorcio y el follón. Y es que Sezar Blue hizo una publicación con un post en blanco, en la que acusaba a sus compañeros de profesión de lucrarse con colaboraciones pagadas, de hacer un anuncio tras otro sin cumplir las normas básicas de la comunidad y sin advertir correctamente que se trata de publicidad.

Sin saber exactamente qué pasó entre ellos, lo cierto es que tras esta “ruptura” y la polémica que la acompaña, la publicidad encubierta en redes sociales es un problema que la Ley de la Comunicación Audiovisual aspira a regular pronto en España.

Sí existe un Código de Conducta sobre el uso de influenciadores en la publicidad, pero se sigue saltando a la ligera en muchos casos. Debemos conocer la influencia que pueden tener determinados perfiles sobre el público y cómo pueden afectar estas opiniones. Imagina el peso que pueden tener los creadores de contenido sobre un restaurante que acaba de abrir y le paga una promoción. Puede asegurar un éxito en el arranque, en ponerlo de moda. ¿Su cocina vale la pena realmente? ¿El producto es de calidad? ¿Nos la están colando?

Como agencia, sabemos y exigimos la importancia de etiquetar bien un contenido. Eso pone en una posición igualitaria al consumidor que sabe que lo que está viendo es algo por lo que el influencer ha recibido una contraprestación. Esto no quiere decir que esté mintiendo. Si es un creador de contenido serio, hará contenido de calidad de aquellos lugares que realmente recomendaría. No hay nada malo en eso, pero se necesita más transparencia. 

En muchas ocasiones, son las empresas, las marcas las que no quieren que los creadores indiquen que es publicidad. Esto se debe al desconocimiento, no tanto a la mala fe.

Sigue habiendo desconocimiento de cómo funcionan y cómo se implementan campañas con creadores de contenido. Se desconoce si se hacen acuerdos legales, si la agencia defiende los intereses de ambas partes y vela por el cumplimiento adecuado de lo acordado.

Sigue habiendo desconocimiento de esta figura porque, seamos sinceros, hay muchos perfiles que no podemos considerar influencers pero sí tienen gran mass de seguidores (aunque sus métricas en otros aspectos sean malas).

Y después hay un componente muy importante (al menos para nosotras) y es el conocer al influencer. Sentarte a hablar con ella, con él. Conocer sus gustos, sus valores, sus ideas. En definitiva, es trabajar en un equipo a tres bandas.