Benditos errores de emprendedoras
Benditos errores. Así rezaba una diapositiva de Coco Dávez en una de sus intervenciones, a la que asistimos como oyentes.
Y fue una frase que se conectó inmediatamente con nosotras.
Y es que, ¿existirían LAS-DOS sin nuestros errores del pasado?
Cada vez estamos más seguras de que no, que no sería posible. Porque no somos las mismas que hace unos años. Nuestra actitud ante un proyecto como emprendedoras es el resultado de nuestra manera de gestionar las diferentes situaciones, de controlar nuestras inseguridades, de confiar en nuestro instinto y al mismo tiempo, de ponerlo todo en duda.
Y todo esto lo hemos aprendido a base de errores porque, aunque nos pese, es la manera más efectiva para incrustar un aprendizaje en el cerebro.
¡Qué injusta es la vida!
¿Cuántas veces has hecho bien las cosas en el trabajo? Muchas, ¿verdad? ¿Las recuerdas? Seguro que muy pocas.
¿Y de las cagadas? ¿Las meteduras de pata hasta el fondo? Quizás no sean tantas, pero vaya que si las recuerdas. A fuego.
Ese calor que recorre tu cuerpo incluso sientes un leve mareo. La respiración se acelera y la ansiedad asoma bien la patita. Situaciones como estas las hemos vivido y ahora, viéndolo con distancia y perspectiva casi nos hacen reír.
Porque de esta profesión también hemos aprendido que no somos cirujanos, pero parece que operamos a corazón abierto.
Y lo único que nos hizo relativizar fue aprender a afrontarlos y a sacarle la parte positiva. Ya solo por esto, ¡benditos errores! ¡cuánto nos has enseñado!
LAS-DOS